El poder de la naturaleza aparece en todas y cada una de las actividades que hacen que Islandia sea actualmente uno de los más interesantes y excitantes destinos del mapa.
Este es el caso preciso de Islandia, un destino exótico que de a poco comienza a verse también entre las ofertas de viajes en las agencias de turismo. Pero ¿a quién se le puede ocurrir ir a morirse de frío a una isla perdida en el Mar de Groenlandia, en el extremo noroeste de Europa, tan lejos de la civilización? ¡A muchos! Porque por suerte en este mundo hay respuestas a todos los gustos. Y lejos de pasar frío, Islandia ofrece un clima cálido que puede ser disfrutado durante todo el año, con temperaturas que no superan los 20 grados y que en pleno invierno no llega a descender del bajo cero.
Es cierto, para los que poco sepan de este apartado país, Islandia es sinónimo de hielo y, seguramente, se deben imaginar a sus habitantes tapados hasta la nariz mientras pasean entre los iglúes, pero no, nada más lejos de esa idea. Aunque Islandia signifique “tierra de hielo” en islandés, el idioma oficial de la isla, alejada está del clima polar. Gracias a la “corriente del Golfo”, su clima es bastante tolerable para estas latitudes. Por suerte, este país ofrece impresionantes atractivos para todos los gustos, durante todo el año. Claro, en invierno los días tienen apenas unas cuatro o cinco horas de sol, pero durante el verano el día parece eterno y el Sol de Noche es muy apreciado por los turistas.
Pero hay un acontecimiento que es imposible de obviar, y estar en Islandia y no presenciarlo es casi un sacrilegio: la aurora boreal. Este fenómeno que le da color a los cielos solo tiene lugar en invierno, por lo que si viajamos a estas tierras europeas durante la temporada alta no podremos apreciarlo.
Aunque, por supuesto, la temporada estival es la ideal para visitar Islandia, también es la más cara. Un viaje a esta Nación puede ser un poco más costoso que vacacionar en otros destinos turísticos, pero como existe hotelería y gastronomía para todos los bolsillos, si sacamos bien las cuentas para no llevarnos sorpresas luego, podemos hacer un muy interesante viaje y descubrir las maravillas de este territorio.
Es probable que los amantes de la naturaleza se sientan inmediatamente atraídos por la geografía vibrante de esta isla que ha estado en constante actividad volcánica. Resultado de ésta son los campos de lava, las hermosas cascadas, los apreciados glaciares, los amplios desiertos y las praderas que enriquecerán nuestros ojos. Pero no todo es vida al aire libre en Islandia. Estas tierras, que fueron colonizadas por los vikingos de origen noruego y celta durante el siglo X, poseen una maravillosa historia y una rica cultura que el visitante podrá descubrir al llegar. Islandia estuvo bajo dominación noruega y dinamarquesa, hasta que consiguió su independencia antes de la finalización de
No existe el transporte ferroviario en la isla, por lo que todos los traslados deberán hacerse a través de carretera; para esto hay una gran oferta de automóviles en alquiler, en especial de 4×4, ideales para poder andar sobre todos los terrenos. Lo más conveniente es hacer base en la capital de Islandia: Reikiavik, que significa “cala de humos”. Esta ciudad detenta el título de “capital nacional más septentrional del mundo”.
Lo interesante de Reikiavik es lo diferente que puede resultar al resto de las capitales europeas. La modernidad y la tradición confluyen en sus calles limpias y prolijas, y las casas bajas típicas del país conviven con altos edificios espejados. Algo que suele sorprender a los turistas que llegan por primera vez es la vida nocturna que se desarrolla en esta ciudad, que además cuenta con numerosos cafés e internacionales restaurantes, aunque pasar por Islandia y no probar sus exquisitos platos típicos a base de pescados y mariscos sería una locura.
Islandia tiene un paisaje para cada gusto. Los fiordos del oeste proveen el lugar ideal para los amantes del turismo aventura, que en esta zona podrán hacer trekking por un escenario que parece extraído de las famosas sagas vikingas, típicas de la literatura nórdica.
El norte, con sus hermosos ríos y bellos panoramas, se erige como el espacio preferido de aquellos que llegan hasta aquí para avistar aves o ballenas (suelen aparecer de abril a septiembre). En el este del país, la zona más antigua, geológicamente hablando, se encuentra el mayor glaciar de Europa, el Vatnajökull. Aquí se formó el primer Parque Nacional de Islandia, uno de sus mayores atractivos. Una excursión al Sur nos dejará ser testigos del famoso Geysir, de donde proviene la palabra “géiser” que designa a todas estas fuentes de agua termal de las que emana vapor y un chorro de agua caliente. Existen muchos en Islandia, pero hay varios agrupados en esta región, en la que también se podrá disfrutar de las preciosas cascadas.
El agua termal es todo un atractivo en sí mismo. Los habitantes suelen pasar muchas horas nadando y disfrutando de las propiedades geotérmicas de este fenómeno. Las piletas son lugares de encuentro en la capital y un lugar ideal para conocer gente. Los islandeses son personas muy amables y siempre están dispuestas a conversar y a indicarnos los mejores lugares para conocer. Debemos asegurarnos de pedir todas las indicaciones necesarias, en especial si pretendemos manejarnos solos, ya que es muy fácil perderse, particularmente en la zona central del país, conocida como “las tierras altas”. Un territorio desértico de una compleja belleza que atrae especialmente a aquellos que quieran alejarse de la civilización y entrar en profundo contacto con su ser natural.
Rafting, esquí en invierno, el moderno jetboating, las motos de nieve y las excursiones a los volcanes son imperdibles para los apasionados por el turismo aventura. Claro, no olvidemos la pesca, que después de todo es la actividad económica principal de Islandia, una tierra de hielo que abre sus puertas a los turistas más arriesgados.